Siempre me he jactado de ser una madre moderna, contemporánea, una madre cool. Tuve a mi único hijo a los 25 años recién cumplidos – una chibola – y hoy la “criaturita” tiene 20 años, casi la edad en que salió de mis entrañas.
A la luz de mi edad actual (casi 45, sí…c a r a j o) y con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que hice todo mal. La cagué horrible y no tengo forma de retroceder el tiempo a lo “Travelers” de Netflix, a ver si la cago menos esa segunda vez. Y bueno, como dicen: a lo hecho pecho; pero tengo una gran responsabilidad con la humanidad y quiero explicarles por qué, 20 años después, creo que la cagué.
Poniendo en contexto, crié a mi hijo sola y tenía la necesidad imperiosa de trabajar. Si no trabajaba no había leche, ni pañales, ni comida, ni colegio, ni ropa, ni zapatos. Dedicaba el 100% de mi vida a trabajar y el 30% restante a estar con él. Las jornadas de trabajo eran interminables y no supe equilibrar sabiamente mi tiempo. A cambio, pensaba, no le faltaba nada. No había lujos; pero nunca faltó un plato de comida. Lo que podía darle dentro de mis posibilidades, se lo daba. Y así creció y así crecí como madre.
Inconscientemente la culpa la tapaba con cosas materiales y con una relación madre-hijo totalmente diferente a la que tuve yo: “Hijo, qué opinas de tal cosa?”, ” Qué te parece tal castigo que te voy a poner? Estás de acuerdo?”. Sí, créanlo, mi maternidad empezó a ser una amistad. Yo juraba que mi hijo era mi pata del alma y ponía a debate absolutamente todo, esperando llegar a acuerdos “beneficiosos” para ambos. #AmigaUbícate
No sé si en las anteriores generaciones a la Generación Z era así (Soy Generación X y doy fe que NO aunque este anuncio que vi circulando por ahí podría inferir que la Generación Y, sí)
En fin, el punto es que me encuentro con artículos como este en donde cuenta la noticia de una profesora española que dice estar HARTA de aguantar la mala educación de un porcentaje cada vez más alto de alumnos. Cito una de las razones de su arenga:
Harta del proteccionismo de los padres, que quieren que sus hijos aprueben sin esfuerzo y sin sufrir, sin traumas…De la falta de valoración del esfuerzo que sí hacemos nosotros.
También me encontré esta video – carta de un profesor a sus alumnos:
El profesor con todas sus letras dice: “Sois unos ociosos”.
Leer, ver estos mensajes que cada vez se multiplican más y escuchar testimonios de otras personas, me obliga a reflexionar y a decir fuerte y claro que ¡La he cagado!
Los padres hoy en día tratamos con pinzas a nuestros hijos y dejamos que otros carguen con las responsabilidades: la sociedad, los profesores, la vida. Les tenemos miedo y preferimos ser sus “patas” a ser sus padres, asumo creyendo que así nos querrán más; pero les tengo una noticia bien chévere que estoy descubriendo últimamente: Los hijos no quieren amigos, tienen un culo de amigos, les sobran amigos (virtuales o reales), los hijos quieren a sus papás y mientras más padre eres, más te van a amar (así un día tu hijo adolescente te diga que eres una bruja mala y que te odia).
Si trabajas y la culpa te embarga, pues te la tragas en seco (o con un chilcano); porque la culpa lo único que traerá es querer buscar consensos con los hijos, ser sus amiguis para que nos quieran un poquito al menos ya que nos la pasamos trabajando fuera de casa…y te hará perder autoridad frente a ellos. Olerán tu culpa y te manipularán con ella.
Dejemos – por los clavos de Cristo- de hacerle la agenda a los hijos, dejemos de hacerles las tareas o de preguntar en el grupo de Whatsapp qué tarea dejaron hoy a ver si alcanzamos a llegar corriendo a casa a hacérsela a la criatura, muertxs del cansancio luego del trabajo. Que haga sus tareas solo, que sepa cuáles son sus responsabilidades y si no las cumple: ¡CASTIGADO COÑO! ¡YO NO SOY TU AMIGA!